miércoles, 28 de noviembre de 2012

VIOLENCIA DE GÉNERO


El 25 de noviembre es el Día Internacional de Lucha contra la Violencia de Género.


















jueves, 8 de noviembre de 2012

MALALA

Con motivo del Día Internacinal de la Niña, hemos conocido la historia de Malala.




Malala es una chica paquistaní de 14 años, que se ha hecho famosa por querer defender la educación de las niñas de su país. Escribía un diario desde el 2009 donde contaba la vida en la zona para la cadena BBU. En diciembre de 2011 recibió el Premio Nacional de la paz por ser tan valiente y escribir todo lo que ocurría en el blog. El pasado mes de octubre cuando volvía a casa en el autobús escolar los talibanes le dispararon. Le hicieron esto, porque los talibanes prohibieron que las niñas fueran a la escuela y ella, saltándose la ley, siguió asistiendo. Malala casi muere, solo por querer las niñas tengan educación.

Paulina 3º Div

martes, 14 de febrero de 2012

HAITÍ, DOS AÑOS DESPUÉS




El país caribeño recuerda hoy la fatídica tarde del 12 de enero de 2010, cuando un terremoto de siete grados en la escala de Richter estremeció la capital, Puerto Príncipe, y varias ciudades aledañas con una devastadora sacudida que dejó algo más de 300.000 muertos, otros tantos heridos, y más de 1,5 millones de afectados.
Cientos de miles de ellos se agolparon de inmediato en calles y plazas y comenzaron a malvivir en improvisados y precarios campamentos hechos con lonas, carpas y tiendas de campaña, en los mejores casos, y con sábanas y palos en los peores.




Gran parte de esos campamentos todavía existen, aunque los programas del Gobierno y la comunidad internacional han conseguido eliminar muchos de ellos y reubicar a miles de personas, por lo que la cifra de desplazados se ha reducido considerablemente hasta los 520.000.


Otras personas desplazadas siguen viviendo en casas sin reparar o que tendrán que demolerse. No hay una superficie suficiente para seguir adelante con el programa de albergues provisionales que fueron una solución temporal para miles de damnificados sin techo. La Cruz Roja ofrece subvenciones para el alquiler y apoyo financiero para medios de subsistencia, gracias a los cuales miles de familias pudieron salir de los campamentos. Ahora bien, gran cantidad de los inmuebles de alquiler sufrieron graves daños en el terremoto y aún están por rehabilitarse.


El país, además, está duramente afectado por la epidemia de cólera desatada en octubre de 2010, que ha matado a más de 7.000 personas y ha afectado a 522.335, según el último informe del Ministerio de Salud Pública, fechado el 25 de diciembre.


Sin embargo, no todo es negativo. Se han puesto en marcha programas de empleo, se han mejorado las condiciones sanitarias y 750.000 niños han regresado a las escuelas.






Patricia Sánchez

miércoles, 18 de enero de 2012

LA PRIMAVERA ÁRABE



Túnez


La “Primavera Árabe” se inicia en Túnez con “la Revolución de los Jazmines”. En un mes, el pueblo ha acabado con veintitrés años de dictadura. Durante las protestas, hubo ciento quince muertos –cifra de la ONU-, la mayoría eran jóvenes campesinos de la zona sur del país, que fueron asesinados por miembros de la policía.

El 14 de enero de 2011, huye del país el presidente Ben Alí. En las calles de la capital, miles de personas protestan contra el partido gobernante. Quieren conseguir una sociedad libre y democrática. Piden que el dictador regrese a Túnez para ser juzgado por sus crímenes. Se enfrentan a la policía gritando que “El poder pertenece al pueblo”.
Todo empezó cuando el 17 de diciembre de 2010 un joven de 26 años se autoinmoló frente a un edificio oficial en la localidad de Sidi Bouzid, después de un incidente con las fuerzas del orden. Este licenciado en informática estaba en paro y se ganaba la vida como vendedor ambulante de frutas y verduras. Humillado porque le escupieron y le insultaron, Mohamed decidió que valía más la pena morir que vivir en la miseria. La policía confiscó su mercancía porque no disponía de la licencia correspondiente. Su gesto dramático provocó una ola de simpatía que llevó a sus vecinos a manifestarse en la calle para denunciar a las autoridades. La protesta fue reprimida por la policía, y la dinámica acción-reacción hizo el resto.


Aritz Eusebio Prieto




El Caso de Libia



Tras seis meses de revueltas; el régimen libio se desmorona acabando con 40 años de dictadura del coronel Muammar Gaddafi. El arresto de un activista provoca las protestas de los ciudadanos. Treinta y ocho personas resultan heridas, cuando la policía intenta dispersar a varios centenares de manifestantes que reclaman ante la comisaría de Bengasi la puesta en libertad del detenido. La policía emplea gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los centenares manifestantes que, armados con piedras, queman coches para protestar.
Las protestas continúan y en el Día de la Ira se producen graves disturbios. Las autoridades amenazan a los manifestantes con la pena capital, pero éstos empiezan a tomar ciudades libias. Con la ayuda de mercenarios procedentes del sur del país y gracias a su aplastante superioridad militar, las tropas de Gaddafi frenan el avance de los rebeldes. El 17de marzo la ONU autoriza los bombardeos para proteger a civiles. Los líderes occidentales lanzan un ataque por aire y mar contra el régimen. Así, aviones franceses y británicos bombardean las posiciones de Gadafi en los alrededores de Bengasi, lo que obliga al ejército a retirarse hacia los enclaves petrolíferos. Mientras, buques estadounidenses lanzan un fuerte ataque sobre los enclaves de Gadafi en Trípoli. El conflicto militar se estanca, con ambos bandos luchando por las decisivas localidades petroleras. La OTAN aumenta la intensidad de sus ataques ante la impaciencia de algunos aliados, pese a que a cambio aumentan las denuncias del régimen de víctimas civiles muertas en sus bombardeos. Tras meses sin apenas resultados los rebeldes se hacen con el práctico control de la capital y luchan por capturar a Gadafi. Este y su familia huyen a Sirte, su ciudad natal, donde fallece, poniendo punto y final al conflicto.


Leticia Barrero